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En el mundo del crecimiento personal y las terapias energéticas, el Reiki ha ganado visibilidad. Sin embargo, con su expansión han surgido muchos malentendidos, que a menudo simplifican o distorsionan esta práctica ancestral.

En este post, te invito a explorar con conciencia algunos de los mitos más comunes que circulan sobre el Reiki y la energía vital, para que puedas acercarte a esta vía de sanación desde un lugar más honesto, profundo y conectado.


✨ Mito 1: “El Reiki cura enfermedades físicas”

Realidad:
Esta es una de las ideas más extendidas, y también una de las más peligrosas si no se comprende bien. El Reiki no es un tratamiento médico ni sustituye la atención sanitaria. Su efecto no se centra en “curar” síntomas, sino en restaurar el equilibrio energético del sistema cuerpo-mente-espíritu.

Cuando hay armonía energética, el cuerpo puede activar sus propios procesos de autorregulación y sanación. A veces eso conlleva mejoras físicas; otras veces se produce una liberación emocional o una toma de conciencia profunda. Por eso, más que hablar de curación, el Reiki nos lleva a una sanación integral y sutil, que va más allá de lo físico.


🌬️ Mito 2: “Solo los iniciados tienen energía”

Realidad:
Todas las personas tienen energía vital. No necesitas ser maestro de Reiki para tener “energía” en ti. Lo que la práctica de Reiki aporta es una vía concreta y estructurada para canalizar esa energía de forma consciente, estable y segura.

Durante las iniciaciones (Reijus o sintonizaciones), se abren y refinan los canales por los que fluye la energía, y se conecta con una frecuencia más elevada. Pero esa energía no “es nuestra” ni la generamos desde el ego: simplemente nos convertimos en un canal limpio para que ella fluya allí donde se necesite.


🌌 Mito 3: “El Reiki es magia, esotérico o supersticioso”

Realidad:
Reiki no es magia, ni hechicería, ni pertenece al ámbito de lo oculto. Es una práctica de origen japonés con raíces en la meditación, el budismo y la compasión universal. Su enfoque es profundamente espiritual, pero al mismo tiempo muy simple: presencia, conexión, energía y entrega.

No se trabaja desde el espectáculo ni la sugestión. No se trata de “hacer cosas raras” sino de estar y permitir que la energía haga su trabajo. Quienes lo viven desde dentro descubren que el Reiki no es algo para “creer o no creer”, sino algo que se experimenta desde el cuerpo y el alma.


🔒 Mito 4: “El Reiki puede hacer daño o dejarte sin energía”

Realidad:
Este miedo surge por desconocimiento. En Reiki, la energía no se transmite desde el terapeuta hacia el paciente. No es tu energía personal la que das, sino una energía universal que atraviesa al canalizador, y fluye solo si se necesita, como el agua que sigue el cauce abierto.

Además, el Reiki tiene su propia inteligencia: no se impone, no manipula, no puede forzar ni dañar. Y si se practica desde una actitud correcta —respeto, humildad, compasión y ética—, nunca puede generar efectos negativos. Incluso si la persona no siente nada, la energía actúa sutilmente, sin agredir, sin invadir, sin dejar residuos.


🛑 Mito 5: “Si no creo en el Reiki, no funciona”

Realidad:
El Reiki no necesita fe para actuar. No es un placebo ni una técnica de sugestión. La energía fluye allí donde se necesita, independientemente de si la mente racional lo entiende o no. De hecho, hay muchas personas que, sin saber nada de Reiki o incluso con escepticismo, han experimentado relajación profunda, claridad mental o mejoras emocionales tras una sesión.

La actitud receptiva facilita el proceso, pero no es condición para que la energía actúe. El Reiki no es una creencia, es una experiencia. Y, como la música o el silencio, se comprende mejor cuando se vive.


🌱 Mito 6: “El Reiki es solo para relajarse”

Realidad:
Es cierto que el Reiki genera una profunda relajación, lo cual ya es un beneficio inmenso en una sociedad sobrecargada. Pero el Reiki va mucho más allá del bienestar físico o emocional.

Es una vía espiritual, un camino de reconexión con uno mismo. A través de la práctica regular, el Reiki puede ayudarte a liberar emociones antiguas, calmar la mente, activar tu intuición y abrirte a niveles más elevados de conciencia. No es solo una técnica: es una forma de vivir con más coherencia, presencia y sensibilidad.


🌟 Conclusión: Volver a la esencia

El Reiki no necesita adornos, ni promesas exageradas, ni envoltorios esotéricos. Su fuerza está en la sencillez, en el silencio interior, y en la capacidad de tocar lo invisible con ternura y respeto.

Cuando dejamos atrás los mitos y nos abrimos a la experiencia real, descubrimos que el Reiki no es algo que hacemos… sino algo que permitimos que suceda, desde el corazón.

Xavi GIner

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